Con ciudades como Granada, parajes naturales como las Médulas o playas increíbles como Bolonia, es fácil entender porqué España es uno de los países más visitados del mundo.
Sin embargo, los lugares famosos dejan en la sombra lugares poco conocidos, pero con mucho encanto. Lugares que están esperando a que los viajeros que huyen de las masas los vayan a descubrir.
En esta pequeña colección os traemos algunos de estos pequeños tesoros que nos han sorprendido y que os queremos compartir 😊.
¡Vamos a ello!
1. Castillo de Castellar de la Frontera (Cádiz)
Andalucía cuenta con un gran legado musulmán y este castillo es un gran ejemplo de ello. Vigilando el estrecho de Gibraltar, al cruzar sus murallas nos sentiremos transportados en la historia.
Una pequeña plaza de armas nos dará la bienvenida y, a partir de ahí, nos podremos perder en sus pequeñas calles. El lugar no es grande, pero cada vez que doblamos una esquina nos encontramos con rincones llenos de encanto y de claro sabor andalusí.
Al estar ubicado en pleno Parque Nacional de los Alcornocales, también es un tesoro para los amantes de la naturaleza. Senderismo, kayak y el espectáculo de la berrea son algunos de sus muchos atractivos.
Si queréis saber más de uno de los últimos recintos que aún se encuentran habitados en Europa, no os perdáis nuestro pequeña guía del lugar.
2. Nacimiento del río Mundo (Albacete)
En el corazón del parque natural de los Calares del Mundo y de la Sima, tiene lugar uno de los espectáculos naturales más impresionantes de nuestro país: el nacimiento del río Mundo.
Desde la misma roca surge este río formando una catarata y una pequeña laguna. En los años más caudalosos, el estruendo y la fuerza con la que sale el agua deja deslumbrados a todos sus visitantes. Este fenómeno se denomina “reventón” y es prácticamente único en el “mundo”.
Las vistas del nacimiento desde abajo bien pagan el esfuerzo de llegar hasta allí. Sin embargo, los más andarines pueden llegar hasta el mirador del Chorro, desde donde tendremos unas vistas por encima de la cascada
En la zona también encontramos la Cueva de los Chorros con más de 32 km de recorrido. Para visitarla necesitaremos contratar un guía ya que es fácil perderse por allí.
Para acabar, y como curiosidad, diremos que el nombre del río procede del adjetivo “mundus” en latín, que significa limpio, debido a la claridad de sus aguas.
3. Playa de La Zamora (La Palma)
Muchos de vosotros ya sabéis que somos unos verdaderos enamorados de la isla Bonita: La Palma. Otro lugar donde es imposible equivocarse, pues cualquier sitio te sorprenderá.
En el sur de la isla y rodeada de acantilados encontramos esta preciosa playa de arena negra. Esos acantilados separan la playa en dos zonas, la Zamora Chica y la Zamora Grande, que solo se conectan cuando la marea es baja.
A la Zamora podemos ir en cualquier momento, ya sea para bañarnos o pasar el día. Sin embargo, una de las mejores oportunidades para visitarla es al atardecer, ya que podremos ver una puesta del sol espectacular.
A pesar de que la Zamora no es tan conocida como otras playas palmeras, el acceso a la misma es fácil en coche y hasta cuenta con un pequeño restaurante.
4. Siurana (Tarragona)
En la comarca del Priorato encontramos uno de los pueblos con mejores vistas de toda la península. Su posición privilegiada, sobre un enorme Peñón, nos regala una panorámica insuperable de la sierra del Montsant y el valle del Siurana.
Sus callejuelas adoquinadas están adornadas con arquitectura típicamente románica, aunque también conserva vestigios de su pasado musulmán. De hecho, este pueblo fue el último pueblo catalán en ser reconquistado, lo que nos deja una bonita leyenda.
Ésta cuenta que, durante la Reconquista, la reina Abd-el-azia, confiada por la inexpugnabilidad de sus murallas, celebraba tranquilamente una fiesta en el palacio.
No sabía que habían sido traicionados y los cristianos ya habían conseguido entrar. Al darse cuenta saltó sobre su caballo y, para no ser capturada, se precipitó al vació.
Tanta era su rabia y tan fuerte salto, que el caballo dejó la huella de una herradura esculpida en la roca. Aún hoy se puede visitar el lugar donde esta huella, en lo que se conoce como el Salto de la Reina.
5. Playa y Cueva del Cobijeru (Asturias)
Todos conocemos a Asturias como un paraíso Natural y para darse cuenta de ello no hay más que ir a la aldea de Buelna, en Llanes.
¿Nos creerías si te dijéramos que aquí existe una playa… en mitad del monte?
¡Así es!
Pero no solo eso, a escasos metros de la playa encontramos la cueva del Cobijeru. Esta comienda con una estrecha entrada, que se va poco a poco ensanchando hasta que nos deslumbra con una sorpresa al final.
Y ya, si no creemos que este lugar pueda mejorar, subiendo por una ladera, nos damos de bruces con la costa oriental de Asturias. Los protagonistas son sus acantilados a los que, en días de mar revuelta, acompañan el embestir y rugir de las olas.
Como sabemos que te has quedado con ganas de más, pásate por aquí y descúbrelo todo de este lugar 😉
6. Turégano (Segovia)
A 30 km de la capital de provincia y a 120 km de Madrid encontramos este precioso pueblo que no suele aparecer en las guías de turismo.
Aunque se desconoce mucho de su pasado, se cree que sus orígenes pueden remontarse a los antiguos celtíberos, quienes construirían un castro fortificado.
Sin embargo, lo que sí se sabe es que esta localidad adquiriría gran importancia en el siglo XV al convertirse en sede de la Cancillería y Audiencia del reino de Castilla, y residencia temporal de los reyes castellanos.
Hoy en día es un pueblo tranquilo al que hacer una pequeña (o no tan pequeña escapada) gracias a sus muchos atractivos, donde destaca su castillo medieval, que encierra tras sus muros la iglesia de San Miguel.
La vida del pueblo discurre en la Plaza de España, adornado con los típicos soportales segovianos. Un lugar perfecto para degustar el tradicional cochinillo.
Y si queremos alargar la visita, ¿qué mejor que hacer una caminata por el Valle del Purón?
7. Garganta de Escuaín (Huesca)
Los Pirineos son una de esas zonas en las que da igual donde vayas, siempre encontrarás algo espectacular. Uno de estos rincones es la garganta que forma el rio Yaga, junto a la aldea de Escuaín.
Una vez hayamos llegado al pueblo, tenemos alternativas para todos los gustos. Los más “vagos” pueden contentarse con hacer el recorrido de los miradores, que nos brinda unas espectaculares vistas de la garganta desde lo alto.
Pero, venir hasta aquí y no adentrarse más sería un pecado. Tienes dos opciones:
La primera es acceder a la garganta antes de llegar al pueblo de Escuaín. Aunque es de más fácil acceso y cuenta con buenas pozas donde darse un chapuzón, suele ser más fácil encontrar gente.
Nuestra opción es la segunda. Pasado Escuaín, encontrarás un sendero marcado que baja hasta el lecho del río. El camino hasta llegar abajo es un espectáculo en sí mismo, unas maravillosas vistas de la garganta y una ruta muy disfrutona.
Llegados abajo, puedes decidir remontar o descender el río. Ambas opciones son buenas y también encontrarás buenos lugares donde bañarte.
De hecho, es muy probable que te acabes mojando, sobre todo los pies. ¡Así que ve preparado!
8. Granadilla (Cáceres)
Es curioso que este pueblo abandonado esté catalogado como una de las poblaciones mejor amuralladas de España, solo por detrás de Lugo y Ávila.
En los años 60 se construyó un embalse que obligó a sus habitantes a emigrar al declarar la zona inundable. Sin embargo, el pueblo se encuentra muy bien conservado dando la sensación de que sus vecinos simplemente se han ido a echar una siesta.
Declarado Conjunto Histórico-artístico en 1980, durante nuestra excursión no podemos dejar de visitar la Torre del Castillo o la Iglesia de la Asunción, auténticas joyas arquitectónicas medievales. Aunque, como siempre, lo mejor es pasear por sus callejuelas y dejar volar la imaginación pensando en como sería la vida aquí.
Si estáis pensando en visitar Granadilla tened en cuenta que, aunque llame la atención, tiene horarios de visita. De 10:00 a 13:30 y de 16:00 a 20:00.
9. Cala Aubarca (Ibiza)
Aunque Ibiza sea mundialmente famosa por la fiesta, también tiene lugares tranquilos, naturales y menos conocidos. Uno de ellos es Cala Aubarca, cerca del pueblo de San Mateu.
Para llegar hasta allí hay que darse un pequeño paseo, pero verdaderamente merece la pena. Ya que esta bahía, rodeada de acantilados de más de 200 metros de alto, es un refugio para la fauna de la isla.
Últimamente se ha hecho algo más conocido este sitio por su Puente de Piedra: un arco natural con una caída de más de 20 metros. Un lugar perfecto para hacer una buena foto con la que fardar en las redes sociales.
Pero Cala Aubarca ofrece mucho que hacer: escalada viendo el mar, la peligrosa pero hermosa Cueva de la Luz … No te lo pierdas en nuestra guía.
10. Mogarraz (Salamanca)
No exageramos si decimos que es uno de los pueblos más auténticos que visitar en España. La razón de ello posiblemente se deba a su relativo aislamiento.
Ubicado en el interior de un parque natural, esta localidad salmantina es un verdadero museo al aire libre. Sobre sus intrincadas calles medievales, cuelgan los retratos de antiguos vecinos de la zona que decidieron no emigrar. Una obra de arte con gran repercusión internacional.
Pero sin duda lo que nos enamorará será su arquitectura típicamente serrana, a base de piedra, madera y adobe. Estas casas parecen esconderse del visitante en un laberinto de callejuelas, pasadizos y callejones.
11. La Foradada de Cantonigrós (Barcelona)
Para terminar, os recomendamos una pequeña excursión perfecta para los días de verano. Se trata de el salto de agua La Foradada, en el pueblecito de Cantonigrós.
Esta cascada bonita cascada tiene más de 15 metros de alto, y forma una pequeña laguna de cuento, donde nos podremos dar un baño. ¡Así que no os olvidéis el bañador!
La cascada de La Foradada no es tan desconocida por los lugareños, por lo que será fácil que nos encontremos a gente allí. Si queremos estar más solos, siempre podemos subir a la parte de arriba y explorar un poco más 😊.
Que sea un gran plan de verano no quita que no tenga encanto en otras épocas del año. Durante el invierno, se puede llegar a congelar parte del agua, lo que lo convierte en una bella estampa navideña. Y en primavera, la potencia del agua nos dejará maravillados.
Cascada y Roca de la Foradada
Fuente: Wild Guanaco