Los mejores lugares que visitar en familia

10 destinos en familia que se convertirán en una aventura inolvidable

Disfrutar de un buen viaje familiar no tiene por qué ser una semana en compañía de un conocido «ratón». Basta con ampliar horizontes y prepararse para una aventura inolvidable en estos 10 mejores destinos en familia.

1. Arco iris en el desierto, Rajastán, India

Podrá ser un paraje árido pero en absoluto falto de colorido, como puede observarse en el arco iris de miles de saris de Rajastán. Este fascinante estado es una excelente opción para un viaje en familia por la India gracias a su completa oferta hotelera y la buena red de transporte. Hay que ver la laberíntica ciudad vieja de Jaisalmer, perderse entre los tonos azules de Jodhpur o recorrer los esplendorosos palacios antiguos. Los más pequeños quedarán asombrados ante la variedad de transportes: elefantes, camellos y autorickshaws incluidos.

2. El reino del lego, Copenhague, Dinamarca

No pocos artistas han loado la belleza de Copenhague, la alegre capital de Dinamarca y destino ideal para una escapada en familia. Se puede empezar con un paseo a la estatua en honor a la sirenita de Hans Christian Andersen y continuar hasta los majestuosos Jardines de Tivoli, cuyo parque de atracciones lleva desde 1843 haciendo las delicias de los niños. Los adolescentes quedarán fascinados por el estilo alternativo del barrio de Christiania, mientras que los pequeños arquitectos de la familia se deslumbrarán con la excursión a las estructuras multicolores de Legoland. 

3. Explorar los oasis, Omán

Este destino de los Emiratos Árabes Unidos es ideal para una escapada familiar gracias a sus aguas cristalinas, sus complejos turísticos, sus tentadoras dunas y su clima subtropical; para pasear por Mascate y gozar de un pueblo costero tradicional de casas blancas antes de emprender una travesía familiar en camello por el desierto, acampando al estilo de los beduinos; para relajarse en las playas de Sharkiya y hacer una parada en Sur para visitar la cercana reserva de tortugas de Ras al-Jinz. Omán es un lugar amable con los niños, a quienes recibe con calidez, y contribuirá a experimentar una magnífica estancia en familia.

4. La tierra de los amigos de los niños, Fiyi

Los padres que ansíen descanso encontrarán un destino inmejorable en las islas Fiyi, ese precioso archipiélago del Pacífico Sur famoso por su calidez y amabilidad de su gente. Sus complejos hoteleros de gran lujo ofrecen servicios para toda la familia como, por ejemplo, el Fiji Islands Resort, donde nada más llegar se asigna una niñera a cada criatura, quien se encarga de que los niños estén entretenidos en todo momento. De este modo, los padres podrán entonces gozar de sus playas y abundantes tratamientos de spa. Los fiyianos son un pueblo cariñoso con los niños, por lo que los más pequeños serán mimados tanto o más que sus padres.

5. Luces de una gran ciudad, Tokio, Japón

Los niños quedan hechizados en Tokio, este paraíso plagado de modernos cachivaches y artículos insólitos. Los más pequeños se fascinarán con la inagotable variedad de accesorios de Hello Kitty o Dragonball. Otros quedarán boquiabiertos con los cosplayers, adolescentes que se visten como sus personajes preferidos de manga. Los amantes de Hello Kitty no deben perderse una visita a su bonita casa en Sanrio Puroland. Para terminar, disfrutar de las vistas desde el observatorio de la Torre de Tokio desde donde se puede contemplar el monte Fuji cuando las condiciones meteorológicas lo permite.

6. Acampadas de costa a costa, EE UU

Un viaje por carretera en Estados Unidos es de lo más tentador para una familia aventurera. Basta con alquilar un automóvil en la Gran Manzana neoyorquina (mejor descapotable para una experiencia de película) y abrirse paso hacia el oeste, recorriendo sus autopistas y caminos rurales antes de llegar a la ciudad de San Francisco. Lo que imprime al viaje un toque especial es poder montar una tienda de campaña para pasar la noche (por qué no en uno de sus parques nacionales). Después de una jornada en la carretera no hay nada como preparar el campamento en familia antes de una cena con mazorcas de maíz.

7. Autocaravana por el ‘outback’, Australia

Alquilar una autocaravana, poner una buena banda sonora y adentrarse en la inmensidad de Australia hasta quién sabe donde. Los pequeños disfrutarán leyendo sobre especies venenosas que acechan entre las rocas, mientras que la familia gozará del aire puro, de cocinar en una hoguera y de un viaje único por carretera. Conducir hasta el mítico monte Uluru (Ayers Rock) para vivir una experiencia en el desierto, llevar a los más pequeños de excursión a la School of the Air para que vean una clase de los niños del ‘outback’ (el vasto interior árido del país) y observar canguros mientras los días pasan lentamente, sin cualquier tipo de prisa.

8. Carretera al norte, Escocia

Escocia no es solo whisky y tierras altas neblinosas; de hecho, una visita estival al norte puede ser una experiencia única para la familia. Empezar en el lago Ness (pocos se resisten a echar un vistazo en busca del famoso monstruo). Continuar rumbo a las islas Hébridas para disfrutar de viajes en ferry entre focas, frailecillos y delfines, además de cantidad de playas desiertas donde chapotear. Recoger madera a la deriva y gritarle a los vientos del Atlántico hasta quedar satisfechos. Volver a Edimburgo y acudir a su famoso Festival Fringe para deleitarse en familia con obras teatrales y los trucos, malabares y bailes de los artistas callejeros de la Royal Mile.

9. Excursiones en camello, El Cairo, Egipto (*)

Una visita a El Cairo, conocida como “la madre del mundo”, garantiza una cacofonía urbana tan poderosa como para acallar al más ruidoso de los niños y dejar sin palabras al más reticente de los adolescentes. Empezar por el Museo Egipcio, donde  admirar los tesoros de los faraones (a los pequeños les encantará la sala de las momias). Recorrer los zocos y saborear las delicias que ofrecen los vendedores callejeros. Dirigirse a Giza y ascender los pasillos de las pirámides. Sucumbir a uno de los mayores placeres: una excursión por las dunas sobre camellos, esos incómodos y gruñones ‘barcos’ del desierto.

10. Papá Noel y sus 1001 renos, Laponia, Finlandia

La Navidad no es lo mismo sin Papá Noel y sus renos, y no hay mejor sitio para disfrutar de ella que la región finlandesa de Laponia. Situada por encima del círculo Polar Ártico, ofrece paseos en trineo, la casa y oficina de correos de Papá Noel, pinos altísimos, hoteles de hielo y auroras boreales. Rovaniemi es una buena base inicial. Antes de retomar la ruta nevada hasta la tierra de la Navidad, probar Yule y disfrutar del esquí y de un descanso en una cabaña con sauna. No dejar que los más pequeños vean que algunos platos de los menús de los restaurantes incluyen reno, pues pueden quedar afectados al saber ‘a quién’ se están comiendo.

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