Consejos para realizar un gran viaje a pie

Viajar a pie como forma de vida. Te mostramos los 6 trucos a tener en cuenta para que tu camino esté repleto de éxitos.

Andar es una de las acciones más ancestrales del ser humano y viajar a pie una opción que te regalará el placer de saborear el momento. Realizar el famosísimo Camino de Santiago o tomar un vuelo a Bolivia para andar a lo largo de los caminos jalq’as. Desde el Magazine del Viajero queremos proponerte ideas y trucos que hagan de esta experiencia una de las vivencias más entrañables e increíbles de tu vida

Planifica la ruta

Es probable que llegues a hacer un camino muy bien señalizado con etapas preestablecidas y no sea una preocupación muy importante la planificación de tu camino, sin embargo es posible que tu vena aventurera te lleve por sendas que no son usadas de una manera masiva para hacer un viaje a pie. Tienes que tener en cuenta las poblaciones que te encontrarás, la distancia que hay entre ellas o el perfil y dificultad de las etapas. Intuyo que no te gustará quedarte sin provisiones en mitad de la nada, o encontrarte con chancletas con temperaturas bajas. Debemos ser previsores.

Zapatillas

Por muy bonito que quede para la foto estrenar las zapatillas, te recomendamos encarecidamente que uses tu calzado antes de salir para comprobar que te sientes cómodo con él, que no te hagan ampollas, que sean ligeras o protejan. Si tu viaje es largo es posible que acabes usando diferentes zapatillas y puedas pasar también por las sandalias para hacer más llevadero el calor del camino. Recuerda que unas zapatillas no son útiles si sólo son bonitas o tienen la mejor marca, lo importante es que las sientas parte de ti mismo.

Equipaje

Todo el peso será cargado por tu propia espalda, es muy probable que tras las primeras etapas acabes preguntándote por qué llevas tanta ropa interior y llegues a la conclusión que la ropa tiene varias vidas si le das la vuelta. Te acordarás del momento en el que pensaste que quizá llevarte «Los Pilares de la Tierra», un libro de más de 1.000 páginas, era buena idea para matar el tiempo libre. Lo que sí podemos proponerte es llevar unos palos de trecking que te ayuden en tu caminar, cualquier ayuda será buena cuando te enfrentes a las cuestas más complicadas.

Ábrete a conocer personas

Viajar a un ritmo lento implica mirar a las personas a los ojos. Te recomendamos encarecidamente que luches por conocer a las personas con las que te cruces porque te enseñaran una realidad muy diferente a la tuya, tradiciones diversas y formas de entender la vida de las que podrás extraer conclusiones y quién sabe si nuevas enseñanzas. Además no cierres puertas al amor, viajando es cuando además de conocerse uno así mismo, puede encontrar a la persona de su vida, porque viajando todo es mucho más sincero.

Dónde dormir

Aquí deberás plantearte varios aspectos. El primero es el tipo de viaje que quieres o puedes hacer. Si tu economía es holgada y puedes permitirte hoteles u hostales cada noche, ¿por qué no hacerlo para descansar bien? En otros caminos existe una red de albergues muy consolidados donde podrás compartir convivencia con otros peregrinos. Si tu cartera tiene más aire que dinero, quizá te conviene llevar contigo una tienda de campaña y acampar en los lugares más hermosos que el camino te regale.

Disfruta de la quietud

Andar es moverse al ritmo que la naturaleza marque, escuchar a tu cuerpo y disfrutar de cada paso. Tendrás la oportunidad de fijarte en todos los detalles que la rapidez de un coche nos niega. Usar nuestro cuerpo para movernos por el mundo es reencontrarnos con lo más esencial del ser humano, aprovecha y analiza cada paisaje con los ojos de quien mira un mundo nuevo cada día. ¡Estás vivo!

Fuente: Liligo

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