Cualquier época es buena para visitar según qué sitios, pero el verano siempre suele sacar lo mejor de cada lugar salvo que las temperaturas sean tan altas que sea mejor no aparecer por allí entre el 21 de junio y el 21 de septiembre en el caso de que el sitio en cuestión esté en el Hemisferio Norte.
El verano es tiempo de viajar, de disfrutar, es tiempo de luz, de alegría, salvo para aquellas personas que son demasiado calurosas para disfrutarlo, o que por otros motivos no ven en el estío su estación favorita. De todos modos, siempre hay lugares donde refugiarse de las altas temperaturas y estar más fresco o fresca, que también se agradece. Para aquellos y aquellas a los que les encanta el verano y aprovechan para irse de vacaciones cuando más calor hace, proponemos cinco destinos diferentes dentro de España para aprovechar esta estación. Todos ellos tienen algo en común salvo el destino insular, y es que se encuentran en la parte septentrional de España, si bien es cierto que son lugares muy diferentes entre sí. Propuestas hay para todos los gustos, así que no te quedes sin plan por no saber dónde puedes ir.
1Para pasártelo bien: Ibiza
Ibiza es probablemente el lugar de España más famoso en todo el mundo. No importa que Madrid sea la capital o que Barcelona tenga mucha proyección internacional, Ibiza gana siempre por goleada porque ha conquistado no solo a los nacionales, sino a ciudadanos de todas partes del mundo. A la gente le gustan las playas, esas maravillosas calas de las que disfrutar por toda la isla, pero sobre todo apasionan las fiestas que te puedes encontrar en Ibiza. Hay muchas formas de conocer la isla, y no es necesario salir hasta altas horas de la madrugada para viajar a la mayor de las pitiusas, pero sí que es cierto que si tienes la oportunidad de ir, vete y disfruta al máximo.
La playa, el plan perfecto antes de salir de fiesta
Las playas de Ibiza son espectaculares, sobre todo Cala d’Hort, Cala Comte o Cala Salada y Saladeta. Las de Ibiza capital tampoco están mal, sobre todo Platja d’en Bossa, pero tienen menos encanto al estar urbanizadas. Si te apetece algo más alejado de la ciudad de Ibiza, aunque no tranquilo, porque tranquilidad en la mayor de las pitiusas ya no hay mucho, puedes visitar alguna de las calas anteriormente citadas, donde podrás ver aguas transparentes y naturaleza en estado puro con un chiringuito muy cerca (en algunos casos) para poder tomar o comer algo antes de regresar a disfrutar de las maravillosas calas ibicencas. Al caer la tarde, es momento de prepararse para la fiesta en algunas de las discotecas de la isla, donde los mejores djs del mundo (y alguna que otra celebrity) pinchan música para hacer entrar en éxtasis al público. No hay duda, si quieres pasártelo bien en verano, haz una escapada en Ibiza.
2Para descansar en la playa: Begur
La costa catalana es larga y diversa, pero hay un parte de ella que deslumbra por su belleza y su magnetismo. Se trata de la Costa Brava, dentro de ella, el Baix Empordà, y ampliando un poco, Begur. El pueblo como tal no tiene playa, aunque sí maravillosas construcciones sobre las que destaca el imponente Castillo de Begur.
Además de visitar el pueblo, puedes escaparte a las cercanas playas que pertenecen a este ayuntamiento, y donde puedes disfrutar del sol, del Mediterráneo y de la buena vida con mucha más calma que en otros rincones de la Costa Brava que son más animados, para lo bueno y para lo malo.
Sa Riera y Sa Tuna, las playas de Begur
Begur tiene unas cuantas playas, pero las más recomendables para descansar, darte unos buenos baños en el Mar Mediterráneo, y en definitiva, tener unas vacaciones relajadas, son Sa Riera y Sa Tuna. No vamos a engañarnos, no son un remanso de paz, pero son preciosas, y mucho más tranquilas que Platja d’Aro Palamós o Lloret de mar.
Con orientación noreste y sol durante todo el día, Sa Riera es la cala más grande de Begur. Tiene mucho encanto al conservar las caras de pescadores, además de todos los servicios. Si accedes a ella, te vas a enamorar.
Por otro lado se encuentra Sa Tuna, más pequeña y con menos servicios que su hermana mayor, pero también con gran encanto. También tiene casas de pescadores, y a dos pasos puedes disfrutar de un paraje salvaje si después de tanta playa te apetece dar un paseo y ver mundo. Es definitivamente más tranquila que Sa Riera, así que si quieres desconectar del todo… esta es tu cala.
3Para disfrutar de la montaña: Picos de Europa
Playa, playa y más playa, cada año es lo mismo… parece que no hay otra cosa, pero sí la hay. Asturias y Cantabria tienen una costa espectacular, y León no la tiene, pero esconde otros encantos. Más allá de estos talentos, entre estas tres provincias se alza imponente, poderoso e invencible el Parque nacional de Picos de Europa, una delicia no solo para los amantes del montañismo, sino parada obligatoria para quien desee pasar unas vacaciones de ensueño sin salir de España.
Este tesoro norteño cuenta con 67.455 hectáreas en plena Cordillera Cantábrica, de las que 27027 son del Principado de Asturias, 24 719 son de León y 15381 pertenecen a Cantabria. Hay mucho que ver en esta tierra hermosa, desde ríos, pasando por bosques, grandes montañas, por supuesto, y una fauna compuesta por rebecos, osos pardos, lobos ibéricos o urogallos.
Naturaleza, rutas y pueblos en Picos de Europa
Si te escapas a Picos de Europa tienes que tener en cuenta que la orografía no es fácil y que tendrás que elegir salvo que cuentes con muchos días. Del lado asturiano tienes que acercarte a Covadonga y ver a la Santina en su cueva, subir a los Lagos, pasear por Cangas de Onís, hacer la ruta del Cares. Esta última pasa por tierras asturianas y leonesas. Bulnes con su Naranjo y el funicular de Fuente Dé son otras experiencias brutales.
En la parte leonesa destacan Riaño, con ese embalse que anegó el antiguo pueblo, Caín, Puebla de Lillo y el Valle de Valdeón. Del lado cántabro, lo mejor es pasar por Potes y disfrutar del Valle de Liébana.
4Para descubrir el interior de España sin frío: Burgos
¡Qué frío hace en Burgos en invierno! Visitar esta ciudad siempre es una delicia, pero si puedes evitar el gorro, los guantes y la bufanda, mejor que mejor. Cuando llega el verano apetece pasar un poco de calor, pero sin pasarse, y para ello, Burgos es un destino perfecto. Las temperaturas suben, pero salvo ola de calor, no se agobia uno tanto como en rincones más meridionales de España, así que basta de quejas y pon rumbo a la cabeza de Castilla.
Qué ver en Burgos
Si visitas Burgos te vas a encontrar quieras o no, aunque más te vale querer, con su Catedral. Se trata del templo gótico más impresionante de España después de la Catedral de León. También puedes visitar el Castillo, asentado en el cerro de San Miguel, a unos 75 metros sobre la ciudad, con lo que las vistas merecen mucho la pena. Merece la pena pasear a las orillas del río Arlanzón, fotografiar el hermoso Arco de Santa María y desplazarse al Monasterio de las Huelgas Reales, a la Cartuja de Miraflores o al Museo de la Evolución Humana y los yacimientos de Atapuerca. Eso sí, ten en cuenta que los yacimientos se encuentran a poco más de 10 kilómetros de la ciudad.
5Para escapar del calor: A Coruña
¿Te agota el calor pero tampoco te apetece ir a la montaña? Apuesta por el norte. La cornisa cantábrica tiene un clima oceánico que suaviza las temperaturas y que convierte a Galicia, Asturias, Cantabria y Euskadi en destinos perfectos para pasar las vacaciones si el calor no es lo que más te gusta. Ojo, no quiere decir que no haga calor, porque puede ser que aparezcas por allí y te ases, pero sí que es cierto que las temperaturas medias son más bajas, lo que garantiza hacer turismo sin un sol de justicia.
Qué ver en A Coruña
En concreto, un destino adecuado es A Coruña. La ciudad gallega guarda numerosos enclaves dignos de ver, destacando sobre todo ellos la Torre de Hércules, símbolo de la ciudad. Es el faro romano más antiguo del mundo, y además todavía funciona, lo que supone todo un hito. No lejos de allí se encuentran el parque escultórico Torre de Hércules y la Rosa dos Ventos, ubicada debajo de la Torre de Hércules y que no es otra cosa que un mosaico que representa los rumbos náuticos.
Además de darte un baño en las frías aguas de la playa de Riazor, puedes pasear por el casco antiguo y aprovechar para degustar la exquisita comida gallega. Se pueden decir muchas cosas de ellas, pero vale más probarla. No está de mar acercarse el Castillo de San Antón, admirar el ayuntamiento, situado en la Plaza María Pita, desplazarse hasta el puerto y ver la ciudad desde lo alto gracias al Mirador de San Pedro. Sin duda, A Coruña es siempre una urbe extraordinaria, pero ya en verano es una maravilla para los sentidos.
Fuente: Bekia Viajes