Lugares tranquilos para dejar de lado el estrés

Los movimientos slow son la respuesta perfecta al frenético ritmo de vida que llevamos. Así, en un mundo cada vez más estresante, alejarnos del caos de las ciudades, buscar lugares en calma y aprender a disfrutar de momentos de soledad son algunos de los consejos que deberíamos poner en práctica para huir del estrés que nos genera una sociedad caracterizada por la inmediatez.

En este sentido, desde Musement, plataforma de reservas de actividades en destino, señalan que “viajar a lugares tranquilos, especialmente a aquellos que están rodeados de naturaleza, nos permitirá alinearnos con el ritmo del planeta y relajarnos ya que estos parajes únicos suelen estar en absoluto silencio”.

De modo que, para todos aquellos interesados en conectar con la naturaleza y huir del estrés, la compañía ha recogido algunos de los lugares más silenciosos del mundo:

Vatnajökull, Islandia. En el mayor glaciar de Europa solo escucharemos el silbido del viento. Allí, podemos visitar la cueva de hielo, donde no oirás el tono de tu teléfono, ni las notificaciones push, ni los avisos de que te ha llegado un nuevo correo electrónico. En este entorno natural no hay nada que perturbe la paz y la tranquilidad de quienes se aventuran, de la mano de los guardias forestales, a descubrir los espectaculares paisajes que albergan los más de 8.000 kilómetros cuadrados que tiene su área.

Algar do Carvão, Portugal. El aislamiento que experimentamos en este Monumento Natural Regional situado en la isla de Terceira no da miedo. De hecho, lo que sentimos es todo lo contrario, pues el silencio y la magia del volcán Guilherme Moniz encanta a los exploradores que se adentran en su interior. La boca de la cueva volcánica es una de las pocas que pueden explorarse de cerca, donde los complejos fenómenos geológicos y bioquímicos que han ocurrido en el sistema hidrogeológico han llevado, a lo largo de los años, a la formación de exuberantes y raras estalactitas y estalagmitas de sílice amorfo, que se encuentran entre las más bellas de las Azores.

Isla Chrissi, Grecia. Viajar hasta esta isla mediterránea no solo significa descubrir un destino aislado y tranquilo sino, también, conocer un lugar donde el contacto con la naturaleza genera experiencias únicas para los sentidos y el alma. Las playas blancas y de arena fina de Chrissi, conviven con un bosque de cedros centenarios, viejos fósiles marinos y restos de antiguos asentamientos minoicos y romanos. Salvaje y suspendida entre las fronteras azules del mar y el cielo, la isla Chrissi es el refugio natural perfecto para cualquiera que quiera disfrutar de momentos de soledad y silencio.

Isla Phillip, Australia. En esta lejana isla, del estado de Victoria, podemos ser testigos cada tarde del ‘Desfile de Pingüinos’, uno de los espectáculos más impresionantes que nos ofrece la naturaleza. Caminando lado a lado, después de incontables aventuras en el agua, miles de pingüinos regresan a las playas antes del anochecer, coordinados en una marcha silenciosa hacia su nido. A través de una plataforma elevada podemos observar, a pocos centímetros de distancia, los rituales nocturnos de los animales que, inconscientes de la presencia humana gracias a barreras ingeniosamente equipadas, se dejan admirar en todo su esplendor.

Goa, India. Qué mejor forma de desconectar de nuestra vida diaria que viajando a la India, un lugar en el que podemos desintoxicarnos de las rutinas y el estrés, a la vez que nos acercamos a nuestro lado más espiritual y profundo. En Goa podemos descubrir un templo de meditación en el que conectaremos con nuestro interior y redescubriremos las riquezas naturales. En la isla de Divar, en el Mercure Goa Divaaya Retreat, podremos reequilibrar nuestros chakras con sesiones de Pratha y Kriya, en un estricto silencio.

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