10 playas de Levante con encanto
Levante comienza en el gironés Cap de Creus y termina en la ciudad de Almería, englobando un Mediterráneo español único concebido antiguamente como la zona del país a la que el sol acariciaba primero, en la que este “se levantaba”.
Un designio conocido hoy día, especialmente, por unas playas de ensueño que conforman la principal oferta turística de nuestra geografía y entre las que tienen cabida oasis de todo tipo: playas con historia, algunas naturistas, otras dignas de una isla caribeña y unas pocas secretas.
A fin de aprovechar las vacaciones en algún paraíso cercano, Rumbo te invitaba a desplegar la sombrilla en alguna de estas 10 playas de Levante con mucho encanto.
1. Ses Illetes (Formentera)
A la hora de hablar de Baleares, ninguna playa puede eclipsar a la joya pitiusa de Formentera, isla inmortalizada por Julio Médem en Lucía y el sexo. Nombrada por TripAdvisor como la mejor playa de España (y séptima del mundo), Ses Illetes es un cordón de dunas y corales bañado por unas aguas que muchos turistas una vez confundieron con las de una isla de Caribe. La poesía hecha playa.
2. Cala Macarella (Menorca)
Menorca, la vecina tranquila de Ibiza y Mallorca esconde en su litoral algunas de las calas más bellas de las Baleares. Franqueada por acantilados y bosques de pinos, Cala Macarella responde a la imagen más idílica del litoral menorquín gracias a su posición privilegiada, sus aguas celestes y su condición de lugar experimental para la introducción de la tortuga mediterránea.
3. Cala Conta (Ibiza)
Hay algo de místico en la que es una de las playas más famosas de Ibiza. En su orilla un yogui de largas barbas luce tranquilo al sol, alguien busca las famosas conchas de Santa Lucía que según la leyenda proceden de los ojos que una joven se arrancó para lanzar al mar y el atardecer más bello de las Baleares apacigua incluso a los visitantes más exaltados. Como telón, unas aguas cristalinas y la presencia del Sunset Ashram, donde los pareos de su mercadillo se entremezclan con delicias orientales.
4. Torrent de Pareis (Mallorca)
Para quienes prefieren algo de desafío a la hora de encontrar una playa privilegiada les recomendamos traspasar el torrente surgido en la mallorquina Serra de Tramuntana, el cual requiere de gorra, agua y protector solar a la hora de recorrer las paredes milenarias de esta ruta cuya mejor recompensa reside en la miniplaya más aislada del archipiélago balear.
5. El Golfet (Girona)
Los 240 kilómetros de la Costa Brava descubren en Girona todo lo que un viajero veraniego ansía encontrar: el encanto bohemio de Cadaqués, el pueblo de Dalí, las playas y bares de Lloret de Mar o el encanto de calas secretas como El Golfet, situada en las faldas de Cap Roig y a 56 kilómetros de la ciudad de Girona. Una playa protegida por los pinos del turismo masivo y en la que yates selectos, viajeros aventureros y unas chicharras más sonoras que en ningún otro lugar de la provincia evocan la quinta esencia del paraíso catalán.
6. Playa de la Roca Plana (Tarragona)
La provincia catalana es más que Salou y Portaventura, una meca del camping y las ensenadas con encanto entre las que destaca la Playa de la Roca Plana, uno de sus mejores exponentes. Nudista, íntima y sin servicios, una de las playas más bellas de Tarragona, también conocida como Calabenc, despliega su encanto entre pinos y soledad.
7. Playa Norte de Peñíscola (Castellón)
Puede que esta playa de Castellón no sea la más idílica, pero pocas a lo largo del Mediterráneo pueden permitirse contar con vistas tan épicas como la Playa Norte de Peñíscola. Una ensenada de más de cinco kilómetros donde desplegar la toalla sin sentirse invadido es más que posible y las vistas nos permiten vislumbrar el majestuoso castillo de Papa Luna que serviría de escenario para la última temporada de Juego de tronos.
8. Cala Ambolo (Alicante)
El Cabo de la Nao, en Jávea, se adentra en el Mediterráneo beneficiándose de unas lluvias que tienen predilección por este lugar de la Costa Blanca, convirtiendo su naturaleza en un vergel de viveros, pinos y playas de ensueño. Junto con la Granadella, Cala Ambolo responde a la imagen más idílica de una costa alicantina en la que es posible practicar naturismo y refrescarse en aguas celestes.
9. Parreño (Murcia)
La más salvaje de las playas que conforman el Parque Natural de Calblanque, situado en esa Murcia volcánica y algo más desconocida, hará las delicias de los amantes del naturismo, el snorkel y la arena amarilla. A su vez, la encrucijada de sendas a través de la naturaleza para alcanzar esta playa convierte su descubrimiento en todo un estímulo para los hikers.
10. Cala Chica (Almería)
Rozando los límites del Levante español, el parque natural de Cabo de Gata se ha convertido en la última sensación de ese Mediterráneo secreto en cuya sostenibilidad reside su mayor encanto. Acantilados volcánicos, pueblos blancos y muchas pitas protegen playas como Los Muertos, la dominguera de los Genoveses y, especialmente, mi playa favorita de Almeria: Cala Chica, atrapada entre suficientes acantilados como para convertir su acceso en el más apasionante de los retos.
A fin de aseguraros la mejor de las experiencias playeras durante este verano he procurado obviar las zonas más turísticas y sumergiros en algunos de los paraísos más bellos de nuestro Levante. Una tierra en la que volver a sentirse libres entre pinos y orillas de ensueño es posible siempre que respetemos el entorno.
Fuente: Rumbo