Lo has hecho todo bien. Has soñado con tu viaje durante meses, has ahorrado y organizado tus finanzas, has buscado información sobre el destino, has reservado vuelos y hoteles, y, por fin, está a la vuelta de la esquina: el día de partida.
Sin embargo, hay una vocecilla que parece estar empeñada en aguarte la fiesta, no importa lo mucho que intentes callarla. ¿Y si el viaje sale mal? ¿Y si pierdes el avión? No hablas el idioma local, ¿y si te pierdes y no eres capaz de pedir ayuda? ¿Y si todo sale del revés? ¿Y si este viaje es, después de todo, una idea catastrófica?
Créenos, hemos estado ahí. La ansiedad pre-viaje es algo real, y muchos viajeros experimentan aprehensión unos días antes de salir tanto si es su primer viaje, como el número mil.
¿La buena noticia? No es invencible, y con un poco de preparación lograrás que no arruine tu viaje.
- BUSCA TODA LA INFORMACIÓN NECESARIA¿Has oído alguna vez eso de que la información es poder? Pues cuando se trata de cruzar fronteras, más todavía. El acto de salir de la zona de confort (oséase, de casa) es un salto a lo desconocido… y con ello, llega la ansiedad.
Piensa por un momento cuál es el origen de la ansiedad. Sea la posibilidad de que pase algo malo, de que pilles alguna enfermedad, de que te sientas solo o sola, o de pelearte con tus compañeros de viaje, todo se reduce a una palabra: incertidumbre.
El mejor antídoto a la incertidumbre es, tú lo has dicho, información. Si tienes miedo de que te pase algo en camino (digamos, que te roben el pasaporte) , infórmate de qué zonas de tu destino tienen mayor riesgo, qué hacer para mitigarlo y qué pasos tendrías que seguir para solucionar el problema.
Lo mismo para los posibles riesgos para la salud. ¿Hay alguna vacuna que puedas ponerte, o algún alimento que convenga evitar?
En cuanto a la preocupación de si te sentirás solo o sola, antes de salir puedes buscar foros o grupos de Facebook en tu destino en los que puedas conectar con gente.
Si viajas con amigos o tu pareja y te preocupan los posibles desacuerdos, asegúrate de que los dos (o todos) tenéis un plan y expectativas compatibles, o si no, si estaríais dispuestos a separaros en algunos tramos del itinerario.
- PLANEA TU PRIMER DÍAUna buena forma de combatir la ansiedad es tener planeado tu primer día en destino. Saber qué te espera (al menos de forma abstracta) una vez aterrices te servirá para calmar los nervios y te dará unas instrucciones precisas de qué hacer, paso a paso.
Cosas como llevar dinero local desde casa o saber exactamente donde están los cajeros del aeropuerto te sacará un nubarrón de la mente.
Reserva un hotel (al menos para la primera noche) y apunta la dirección, tanto en español como en el idioma local (o como mínimo en inglés) , en un papel físico: los móviles pueden ser traicioneros.
Busca cómo puedes ir del aeropuerto o estación hasta el alojamiento y qué formas de pago aceptan. Lleva un par de opciones de sitios para comer o cenar (por si uno de ellos está cerrado) .
- PERO NO PLANEES MUCHO MÁSMás allá del primer día, no lleves cada segundo del viaje pensado y apuntado en un horario estricto. Hay cosas que pueden no salir acorde al plan, y llevar las expectativas muy altas puede resultar en encontronazos y decepciones si tu viaje no va exactamente como esperabas.
Además, gran parte de la belleza de un viaje es la espontaneidad. Imagínate que conoces a un grupo de viajeros con los que haces buenas migas y quieres pasar los demás días con ellos, o que el recepcionista del hotel te recomienda una excursión de un día a las afueras de la ciudad que no viene en tu guía.
Estas experiencias son las que luego se convertirán en tus mejores recuerdos, deja algo de espacio en tu planning diario para que se presenten.
- CUÍDATEPor mucho que se hagan en vacaciones, los viajes pueden resultar agotadores. Estar en buen estado físico (al nivel individual de cada uno) te ayudará a disfrutarlo lo más posible, además de ayudar con el estrés pre-viaje.
No es necesario que hagas nada fuera de lo normal. Sigue tu rutina de ejercicio (intenta no saltártela, por muy apretados que tengas los últimos días) , duerme lo suficiente, come sano e intenta que no se te vaya la mano en tu fiesta de despedida.
Una vez en destino, no dejes de lado buenos hábitos. Por supuesto, no evites probar la cocina local y sus correspondientes pócimas alcohólicas, pero intenta mantenerte hidratado (los ocho vasos de agua al día son buenos en todos lados) . Intenta participar en actividades que te hagan moverte, como tours en bici por la ciudad o algo de senderismo.
Muy importante: llévate un buen seguro de viaje. Esperamos de corazón que no te haga falta, pero siempre, siempre es buena idea.
- ASEGÚRATE DE QUE TIENES TODO LO QUE NECESITASFundamentalmente, todo lo que no puedas obtener en destino (si te dejas el cepillo de dientes, te garantizamos que con casi total seguridad podrás comprar uno allí) .
Tu pasaporte (y copias digitales) . Medicación especial (y copias de las recetas por si te preguntan en aduanas) . Tus gafas graduadas, si las necesitas (o lentillas, incluyendo un par de repuesto) . Tu talismán de la buena suerte (si te funciona, adelante) .
También ten a mano cosas que puedas necesitar nada más llegar, o que te harán la vida y el trayecto más fácil: el móvil y cargador, candados para la maleta o para las taquillas del hostal, una muda de ropa en la maleta de mano (por si la facturada se retrasa) .
Y un consejo: si vas a salir de la zona Schengen o la Unión Europea, llévate un boli para rellenar el documento de inmigración. Suelen tener en destino, pero no querrás pasarte todo el vuelo dándole vueltas a qué hacer si no hay (o no funcionan) .
- BUSCA QUÉ RUTINA PUEDES TENER EN DESTINOEste consejo es especialmente relevante si vas a hacer un viaje largo (un mes o más) , pero incluso si solo te vas a escapar unos días y tienes nervios, pensar en tu destino como tu casa temporal te ayudará. Busca cómo puedes reproducir ciertos aspectos de tu vida diaria, con la peculiaridad y el toque especial que le dará estar en un sitio diferente.
Encuentra un gimnasio en el que puedas apuntarte el tiempo que vayas a estar, y prueba alguna de las clases. Si vas a trabajar mientras viajas, localiza algún espacio de coworking donde puedas conocer a otros nómadas digitales o a emprendedores locales.
Con la ayuda de Google, ve qué bares, cafés o restaurantes están cerca de donde te vas a quedar y al llegar pásate, por si puedes convertirte en cliente habitual de alguno de ellos. La familiaridad del proceso te ayudará a aclimatarte a tu nuevo escenario mucho más rápido.
- REPITE CON NOSOTROS: “CUANDO ESTÉ ALLÍ, MERECERÁ LA PENA”Si la noche antes de salir no puedes dormir de los nervios, recuerda que es pasajero. La ansiedad desaparecerá como por arte de magia en cuanto estés en destino, inmediatamente o un par de días después.
No olvides que este es tu viaje, el que planeaste y con el que soñaste durante tanto tiempo. No permitas que nada te impida disfrutarlo.
Fuente: Traveler