*Tomarse unos días de asueto, alejados del mundanal ruido, suena de lo más tentador. Un idea recurrente (a la que cuesta resistirse) es apostar por el sol y la playa para las vacaciones estivales, el puente que se atisba en el horizonte o las próximas vacaciones de Semana Santa. España y el Caribe ofrecen un sinfín de escenarios de ensueño para desconectar. Anticipar la reserva de las vacaciones se antoja necesario para disfrutar de las mejores plazas este verano. Pero ¿cuáles son los mejores destinos? Para elegir sin sorpresas, descubrimos con Viajes El Corte Inglés algunos de los lugares más deseados en las costas peninsulares, Canarias y Baleares, sin olvidarnos del Caribe.
1. Un litoral para perderse
Que las costas andaluzas sean unas de las preferidas por los viajeros internacionales no es casualidad. La tacita de plata gaditana, Málaga la bella, Huelva la marismeña, Granada mora y sultana o el mar y soleares almerienses, como se conoce popularmente a las provincias del sur de España que se asoman al mar, dibujan un litoral que despierta los sentidos. El sol y las playas son solo parte de sus encantos. El carácter de sus gentes, su rica gastronomía y su arte son, sin duda, reclamos suficientes para elegir sus costas como destino vacacional: desde Punta Umbría hasta Roquetas de Mar, pasando por Matalascañas, Torremolinos, Conil, Chiclana y hasta la glamurosa Marbella, entre otras.
Sin embargo, el litoral mediterráneo es una amalgama de paisajes, culturas y tradiciones con mucho que ofrecer. Cataluña es otro punto de partida perfecto para embriagarse de esa riqueza y la Costa Brava ocupa las primeras posiciones entre los destinos más aclamados. Las imponentes playas y paisajes de Playa de Aro o los vestigios medievales de Lloret de Mar son solo algunos ejemplos, aunque a lo largo de la Costa del Maresme, Garraf y la Costa Dorada hay mucho donde elegir.
2. Escapada al paraíso balear
Cuando uno piensa en una escapada de sol y playa, las distancias se desdibujan. Ante la perspectiva de la desconexión y el relax, los kilómetros se hacen más cortos, sobre todo si en menos de dos horas podemos estar mojando nuestros pies en algún destino paradisíaco tocado por el Mediterráneo. Las Islas Baleares son una alternativa más que apetecible, y es que en apenas tres cuartos de hora podemos aterrizar en la mayor de Las Pitiusas o hacer lo propio en Menorca.
¿Por qué no acabar el día recorriendo el ambiente marinero de Palma? ¿Qué tal unos días abandonándose al placer de las aguas turquesas de las más famosas calas ibicencas o perderse en la isla más virgen de todas, Formentera? ¿Y descubrir los mejores mercadillos de Menorca? Sin duda, una perspectiva de lo más tentadora.
3. Tierras volcánicas
Las Islas Canarias nacieron de los volcanes y, entre sus muchos encantos, pueden presumir de tener uno de los mejores climas del mundo. Con una temperatura media anual que supera los 20 grados y más de 300 días de sol al año, las principales islas del archipiélago son una opción más que recomendable. Tenerife y Gran Canaria constituyen dos de los destinos favoritos por los turistas, y razones no faltan. Pero más allá del hogar de la cima más alta de España (el Teide, en Tenerife) o de los encantadores rincones de Gran Canaria (con enclaves míticos como Maspalomas o Puerto de Mogán, a la cabeza), Fuerteventura y Lanzarote reclaman su protagonismo.
El paisaje desértico y las playas infinitas de la isla majorera (Fuerteventura) atraen cada año a miles de turistas que descubren con asombro la riqueza de una isla fuera de lo común. Conocida como la isla del viento, es perfecta para los amantes del surf, el ‘windsurf’ y el ‘kitesurf’, pero también para los incondicionales de la tradición quesera: el mítico queso majorero es un ‘bocado divino’. El ambiente de Corralejo, las imponentes vistas de la península de Jandía y Costa Calma, Caleta de Fuste… Un paraíso terrenal a poco más de dos horas de avión.
4. Un destino, mil ambientes
Aunque nuestras costas esconden multitud de rincones paradisíacos por descubrir, pocos hay que puedan resistirse a la evocadora estampa de unas vacaciones en el Caribe. En una luna de miel, de viaje de fin de estudios, como destino para una escapada con amigos… Son muchas las motivaciones que invitan a poner la atención en algunas de las muchas playas tocadas por el emblemático mar. México y República Dominicana son dos de los enclaves favoritos al otro lado del charco, aunque las islas y costas bañadas por las aguas turquesas y arenas finas del Caribe se extienden a otros famosos destinos como Cuba.
Abandonarse al placer de contemplar una puesta de sol en Costa Mujeres, a escasa media hora de Cancún; contemplar la exuberante belleza natural y patrimonio de escenarios tan sugerentes como Playa del Carmen o Tulum en la Riviera Maya; sucumbir a los encantos de la rica gastronomía y el incomparable ambiente de la República Dominicana tras una jornada de sol y playa en Punta Cana… La perspectiva no podría resultar más evocadora y, con una planificación apropiada, no quedará un solo rincón de estos paraísos terrenales por descubrir.
Fuente. El Confidencial