El tiempo se ha vuelto nuestro peor enemigo, el ritmo de vida al que nos estamos acostumbrando, cada vez nos impide más disfrutar de las cosas importantes. Hemos dejado de disfrutar una buena charla con los amigos o una cena con nuestros padres por culpa del tiempo y la gran cantidad de cosas que tenemos que hacer. Y ni que decir de los viajes, vamos de un lugar a otro viendo los lugares desde nuestro celular e intentado sacar la mayor cantidad de “selfies” posibles sin ver el mundo como debería de ser, a través de nuestros ojos.
Carl Honoré, nacido en Escocia, es un escritor, historiador y viajero, embajador del movimiento y turismo slow o turismo lento (descubre de qué se trata), quien ofrece algunos consejos para aprovechar al máximo nuestros viajes, vivir plenamente el “aquí y ahora”, saborear los momentos en lugar de retratarlos y disfrutar del paseo sin volver agotados de nuestras vacaciones.
1. Disfruta lento el destino
Aprovecha cada detalle y cada lugar al que vas, no vayas a prisa. No hay desperdicio en ir lento, eso no te hará más aburrido o improductivo, sino todo lo contrario, te dará una perspectiva más viva y real del destino.
2. Busca calidad
Aprovecha para conocer lo que realmente importa, disfruta la arquitectura, la gente, los paisajes, la naturaleza y todo lo que en verdad valga la pena. Olvídate de quedarte en el hotel o de estar de fiesta en fiesta, eso no enriquecerá jamás tu viaje.
3. Desconéctate
No vivas un viaje con la presión de tener que estar contestando llamadas, correos, mensajes, “inbox” o “whatsapp”. Esto solo te alejara de la experiencia y por mínimo que sea, te perderás interesantes detalles.
4. No googles el destino antes
Desde que el poder de “google” en la planificación de los viajes se hizo presente, ya nada es igual. Llegamos al destino conociendo cada rincón y cosa con la que nos vamos a encontrar, esto solo hace que le quite “la sorpresa” que representa ver algo nunca antes visto.
5. Platica con los habitantes del lugar
Nadie te podrá contar de mejor manera un destino, que los propios habitantes del lugar. Búscalos e intercambia algunas charlas con ellos, ve el lugar a través de sus palabras, ellos saben mejor que cualquier guía de turistas, lo que debes conocer.
6. Déjate sorprender
No vayas con una idea preconcebida, no critiques lo que ves, no analices demasiado; se trata de comportarnos como niños, cuando todo era increíble y solo nos dejábamos llevar por las emociones.
7. Piérdete
Con la debida precaución, no vayas con itinerarios forzosos que te hagan tener una ruta establecida. Esto le quitara el toque de aventura que necesita cada viaje. Alguien dijo un día, “perderse es la mejor manera de encontrarse” y en los viajes sucede lo mismo, ¿Quién sabe con qué lugar maravilloso puedas toparte?
8. Aprende
Aprende todo lo que puedas y de todos cuanto puedas. Al final lo que más queda de los viajes son las memorias.
9. Disfruta lo pequeño
El turismo de masas ha venido a evolucionar la manera de hacer turismo y ha puesto todo en una perspectiva inmensa. Mucha gente, grandes hoteles, grandes edificios, grandes monumentos. A veces estas cosas no valen tanto la pena como comer en una fonda, caminar por un parque o ver a un artista callejero, es decir, esas pequeñas cosas que te agrandan la vida.
10. Viaja ligero
Viaja con la menor cantidad de equipaje que puedas pero también viaja con el alma ligera, la mente abierta y el corazón expectante. De esta manera todo tendrá un mejor sabor.