Bosques de España que debes conocer

1. Castañares del Valle del Genal, Málaga, Andalucía

La serranía de Ronda esconde tesoros como el Valle del Genal, que toma su nombre del río de igual nombre en la provincia de Málaga. Cuando tiene lugar la caída de la hoja del castaño, que suele ser en noviembre, aunque depende de la temperatura, los colores amarillos, ocres y anaranjados dominan el paisaje y componen un espectáculo único que atrae a cientos de caminantes.

2. Pinares de Rodeno, Aragón

Ocho rutas senderistas, una de ellas totalmente adaptada, recorren esta zona aragonesa habitada por jabalíes, corzos y gatos monteses. En plena Sierra de Albarracín, es santuario para cierto tipo de pino rojizo y altura media del que se extrae abundante resina. Además de sauces y álamos, en sus abrigos rocosos alberga pinturas prehistóricas del arte rupestre levantino.

3. El bosque de Muniellos, Asturias

Es el mayor robledal de España y uno de los mayores de Europa, declarado Reserva de la Biosfera en el año 2000 por la Unesco. De acceso restringido, unos 20 visitantes por día, éste debe reservarse a través del Servicio de Atención al Ciudadano del Principado de Asturias. Su flora, rica en frutos como avellanas, bellotas y moras, lo han convertido en refugio idóneo de especies como el oso pardo o el urogallo cantábrico.

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4. Bosque de Bellver, Mallorca, Baleares

Aunque podría considerarse un bosque urbano por su cercanía con Palma de Mallorca, apenas 3 kilómetros, el de Bellver recibe su nombre por el monasteriocastillo erigido en su cima, a 112 metros sobre el nivel del mar, de estilo gótico y construido a principios del siglo XIV. Su nombre proviene del catalán antiguo bell veer (bella vista), ya que desde él es posible contemplar la ciudad y la Sierra de Tramuntana. Un paseo corto para los más perezosos.

5. Sendero del Bosque Encantado, Tenerife, Canarias

Su nombre oficial es sendero de La Ensillada-Cabeza del Tejo, y se encuentra dentro de la Reserva del Pijaral, en la isla de Tenerife. Es uno de los trekkings más famosos de las Canarias, y los amantes de la naturaleza disfrutarán de un lugar fantástico donde la laurisilva, un tipo de selva húmeda donde predominan musgos, helechos y laureles, inunda de magia los verdes caminos.

6. Monumento Natural de las Sequoias del Monte Cabezón, Cantabria

Su curiosa historia se remonta a los años cuarenta, cuando se decidió plantar 800 secuoyas para abastecer de madera a la zona. Cuando llegó la hora de talar su madera, ésta ya no era de interés industrial, y allí quedaron. Declarado Monumento Natural en 2003, algunas de aquéllas miden hasta 36 metros y su hoja perenne hace posible que puedan contemplarse en cualquier época del año.

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7. Ruta de las Caras, Cuenca, Castilla-La Mancha

Para muchos es ‘el Bosque Encantado de Cuenca’, compuesto por un singular paisaje de pinares y rocas al que se accede desde el pueblo de Buendía. En su recorrido pueden admirarse 18 esculturas y bajorrelieves, de 1 a 8 metros de altura, obras de varios autores y con nombres como El Beethoven de Buendía, El Chamán o La Dama del Pantano. Un ambiente de lo más místico en plena serranía conquense.

8. Faedo de Ciñera, León, Castilla y León

El Hayedo de Ciñera de Gordón, conocido como “el Faedo”, obtuvo el premio al Bosque Mejor Cuidado de España en 2007. Su inquilino más popular, Fagus, es un haya que ronda los cinco siglos de vida y que ha sido incluido entre los 100 elegidos del libro “Árboles, leyendas vivas”. La ruta para apreciarlo es de 2 kilómetros, aunque puede completarse con un recorrido de 11 kilómetros, el antiguo camino que hacían los trabajadores para llegar hasta la mina.

9. Fageda de la Grevolosa, Barcelona, Cataluña

Con ejemplares que rondan los trescientos años de vida, el Hayedo de la Grevolosa es uno de los parajes más espectaculares de Cataluña. El otoño es la mejor época del año para visitarlo y disfrutar de la calma e inspiración que ofrece al viajero el espacio presidido por un haya de 42 metros de altura y un tronco de casi 6 metros de perímetro en su base, que sostiene una copa de 20 metros de diámetro.

10. Dehesa del Saler, Comunidad Valenciana

Situada entre la Albufera de Valencia y el Mediterráneo, es un bosque poblado de pinos en su mayor parte. Varias rutas la recorren de norte a sur con una extensión que va desde 500 metros a 4 kilómetros, lo que la hace especialmente llevadera para realizar en compañía de los más pequeños de la casa. Los amantes de las aves, por su parte, cuentan con varios puntos de observación ornitológica.

11. Bosques del Ambroz, Cáceres, Extremadura

La embelesadora gama de colores que ofrecen robles, chopos, olivos y castaños, sobre todo, a partir de septiembre, han hecho que el ‘Otoño Mágico en el Valle del Ambroz’ sea un referente turístico en Extremadura. La ruta de 22 kilómetros que comienza en La Garganta y termina en Segura de Toro, dos pequeñas localidades de montaña, es un verdadero festival de colores.

12. Fragas do Eume, A Coruña, Galicia

Es uno de los últimos bosques atlánticos que ha conseguido conservar la fauna y flora del lugar en todo su esplendor, y en el que, en la actualidad, residen más de 500 personas. Abarca los concejos de Cabañas, Capela, Monfero, Puentedeume y Puentes de García Rodríguez, pudiéndose acceder a él a través de cuatro entradas diferentes. Alberga restos históricos y arquitectónicos, además de los monasterios medievales de Monfero y Caaveiro, desde el que se disfruta una bella vista panorámica.

13. Hayedo de Ribavellosa, La Rioja

La finca de Ribavellosa se ubica al suroeste del monte de igual nombre, en el término municipal de Almarza de Cameros. Sus 200 hectáreas componen un paraje de excepcional hermosura e incomparable riqueza ecológica donde destacan hayedos, encinares y pinares. Ofrece un total de 8 senderos con una longitud de 12 kilómetros bien señalizados y de fácil tránsito.

14. Bosque Finlandés de Rascafría, Madrid

Como si de un cuento de Hans Christian Andersen se tratara, el Bosque Finlandés de Rascafría es un remanso de paz donde tan sólo el rumor de las saltarinas linfas del río Lozoya rompe el silencio. Frondosos abetos, álamos y abedules inundan un camino de 13 kilómetros que termina en la cabaña de madera antiguamente utilizada como sauna antes de sumergirse en las frías aguas del Lozoya.

15. Sotos y Bosque de la ribera de Cañaverosa. Murcia

La única reserva natural terrestre existente en la Región de Murcia da cobijo a algunos de los escasos ejemplares de nutria que sobreviven en España. El itinerario comienza en el Mirador de las Lomas, desde el que se contemplan los arrozales donde se cultiva la famosa variedad de Calasparra, para continuar hasta el Santuario de la Virgen de la Esperanza, uno de los templos más visitados de nuestro país.

16. Selva de Irati, Navarra

La tala controlada ha conseguido que las hayas de Irati sean idénticas en altura y grosor, provocando con ello un espectáculo único que tiene su mayor momento de esplendor en otoño, cuando las hojas rojizas están a punto de caer. Con 16 senderos balizados, todos ellos con una extensión menor a los 10 kilómetros, este bosque navarro parece sacado de una narración en la que los duendes son protagonistas.

17. Bosque de Oma, País Vasco

Situado en la Reserva Natural de Urdaibai, y en un recorrido de alrededor de 8 kilómetros, es uno de los más originales que puede contemplarse en la península ibérica y, sin duda, el más colorido. El pintor y escultor vizcaíno Agustín Ibarrola decoró 47 árboles y les dio diferentes formas para que, mirando desde posiciones concretas, compusieran figuras humanas, animales y geométricas.

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