La Seo (Zaragoza)
Burgos
Palma (Mallorca)
Tiene la mejor vista desde el mar de todos las iglesias españolas. Por algo es el primer templo de una ciudad portuaria e isleña que vive por y para el Mediterráneo. Vista desde el mar la Seo, como la llaman los mallorquines, es un soberbio conjunto de filigrana pétrea. El símbolo de Palma. Fue construida entre los siglos XIV y XIX. En la última reforma intervino el mismísimo Gaudí, de quien es el baldaquino, los candelabros y muchas de las rejerías. Otro artista contemporáneo que contribuyó a engrandecerla es el pintor Miquel Barceló, que redecoró una capilla lateral con una superficie cerámica de 300 metros cuadrados que reinterpreta el milagro de los panes y los peces. Uno de los lugares que hay que visitar en Mallorca.
Las dos catedrales de Plasencia (Cáceres)
Mézquita-catedral de Córdoba
León
Zamora
Mondoñedo (Lugo)
Oviedo
Es el principal monumento de la ciudad de Oviedo y la obra cumbre del gótico asturiano. Su construcción se prolongó durante tres siglos, aunque hubo partes, como la girola, que todavía tuvieron que esperar otros 200 años. Por eso es un muestrario de estilos arquitectónicos. Recinto clave del templo es la Cámara Santa, una de las pocas estancias originales del primitivo edificio románico, donde se conserva el famoso tesoro de las reliquias. Como dice el deán de la catedral: es una de las grandes cajas fuertes de la Cristiandad. Durante toda la Edad Media la moda de las peregrinaciones para visitar huesos de santos movilizó a media Europa. Miles de peregrinos llegaban cada año a la catedral de Oviedo para rezar ante su famosa Cámara Santa. La intensidad de este turismo de reliquias contribuyó a la riqueza y poder de la diócesis ovetense.
Granada
Lo primero que llama la atención al viajero de la catedral de Granada, una de las más excelsas obras del Renacimiento español, es la ausencia de una gran plaza monumental que realce su fachada, al gusto del barroco. El primer templo granadino está literalmente embutido entre estrechos callejones, en un laberíntico entramado urbano que recuerda a la Granada medieval en la que nació. De hecho era una catedral «ciega» hasta que a finales del siglo XVII se abrió la pequeña plaza de las Pasiegas, que ni siquiera tiene anchura suficiente para abarcarla en su totalidad. Pero en ella trabajaron todos los grandes del Renacimiento andaluz, desde Diego de Siloé a Alonso Cano. Tardó 180 años en terminarse.
Santiago de Compostela
La de Santiago es la catedral con mayúsculas. No solo por su tamaño y su monumental fachada, hito del barroco gallego. También por la fama mundial que tiene como destino final de todas las rutas jacobeas. La catedral compostelana es impresionante la mires por el costado que la mires, no solo por la fachada principal, la que da a la plaza del Obradoiro. Sorprende también su verticalidad, aumentada por el desnivel sobre el que se asienta la iglesia. El portón da paso a la obra cumbre del románico español: el Pórtico de la Gloria, la antigua fachada de la iglesia románica del obispo Peláez, que fue respetado en la ampliación dieciochesca. El Pórtico de la Gloria es obra de un cantero llamado maestro Mateo, que labró en piedra la más lírica historia final para el Camino de Santiago.
Salamanca
Murcia
Sevilla
No podía faltar el templo más simbólico –junto con el de Córdoba- de la superposición de estilos que provocó la caída de Al-Andalus y la llegada de los cristianos. La catedral de Santa María de Sevilla se considera el templo gótico con mayor superficie del mundo. Una vez demolida la mezquita aljama hispanomusulmana, se empezó a levantar en su solar la nueva iglesia cristiana. Pero se conservó el elemento más bello de la mezquita: el alminar, el campanario que ahora conocemos como Giralda. Dicen que cuando los canónigos sevillanos se reunieron en 1401 para decidir la construcción de una nueva sede para su diócesis pensaron: «Hagamos una iglesia que los que la vieren labrada nos tengan por locos». Y bien cierto es que lo consiguieron. La catedral de Sevilla es una «montaña hueca» de fina piedra tallada en el mejor estilo gótico.
Roda de Isábena (Huesca)
Roda de Isábena se hizo famosa en finales de los años 70 cuando el famoso ladrón de obras de arte Erik el Belga expolió su catedral. Muchos españoles se enteraron a raíz de ese suceso de que existía Roda de Isábena y de que tenía uno de los templos más hermosos del Pirineo, joya del arte aragonés que acogió el primer obispado del Condado de Ribagorza, además de un casco histórico digno de un decorado medieval. En torno a esa catedral, levantada por canteros aragoneses y navarros hacia 957, se aglutinó buena parte de la reconquista de lo que luego sería el condado y reino de Aragón. Aún hoy muestra una magnífica mezcla de estilos.
Toledo
15+1 Esta fotogalería quedaba incompleta sin la catedral de Toledo, otra de las grandes obras religiosas de España, encajada con calzador en la urdimbre medieval del casco antiguo toledano. Se empezó a construir en 1266 con fuertes influencias del norte de Francia y conforma junto con las de Burgos y León el trio de los grandes templos góticos castellanos. Llama la atención que solo tenga una torre, rematado con un cuerpo de campanas octogonal que alberga La Gorda, una campana de 18 toneladas.
Fuente: 1000 Sitios que Ver
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