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Florencia: la ciudad del Renacimiento

Florencia: la ciudad del Renacimiento

Dicen los expertos que existe un síndrome provocado por Florencia, el síndrome de Stendhal. Lo sufren aquellos turistas que al pisar esta ciudad del norte de Italia se quedan tan sumamente impactados con la cantidad de arte que encuentran a su alrededor, a cada paso, a cada esquina, en cada momento, que llegan, incluso, a marearse y sentir vértigo por la belleza que desprenden todos sus edificios. Aunque no te apures si lo sufres, ya que es imposible no enamorarse de esta preciosa urbe renacentista donde el «carpe diem» se siente en cada rincón, al igual que el apellido Médici. Conoce todos los secretos de Florencia y no dudes después sobre lo que tienes que visitar en ella para caer en el hechizo de esta ciudad cuyo centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Duomo y Battistero, el inicio del viaje en Florencia

En la Piazza del Duomo se encuentra las dos principales atracciones turísticas de Florencia, la Catedral de Santa María del Fiore, más conocida como el Duomo, y el Battistero di San Giovanni. Ambos edificios se caracterizan por el mármol blanco y verde que recubre sus muros. Todos los turistas que visitan la ciudad suelen comenzar por estos portentosos monumentos, impresionándoles con sus dimensiones. Mientras que la catedral es una de las iglesias más grandes de la esfera cristiana, en concreto la cuarta, el baptisterio es uno de los lugares más antiguos de la ciudad.

El Duomo de Florencia es una de las grandes obras del gótico italiano. Sin embargo, aunque los arcos ojivales dominan la catedral, dado que comenzó a construirse en el siglo XIII, es una obra que cuenta también con un importante elemento renacentista, como así es su majestuosa cúpula de 45 metros de diámetro y 114 metros de altura. Es la protagonista de todos los rincones florentinos, ya que, junto con la torre campanario de la catedral, domina todo el cielo de la ciudad. Mientras que por fuera son ocho las caras que presenta, rematadas con tejas rojizas que contrastan con el mármol del resto del templo, por dentro queda adornada por unos maravillosos frescos que representan El Juicio Final y que llegan a hacer sombra a los de la mismísima Capilla Sixtina. No hay turista que no acabe con cierto dolor en el cuello para poder contemplar todos y cada uno de los detalles de esta maravillosa obra pictórica proyectada por Giorgio Vasari, el gran tesoro del Duomo florentino.

Galería Uffizi, la herencia de Los Médici

Los amantes del arte tienen que poner Florencia entre las primeras opciones de su lista de viajes. Se trata de una de las ciudades del mundo con mayor patrimonio artístico, y la Galería Uffizi bien lo demuestra. ¿Quién no ha visto alguna vez en una foto, por ejemplo, El Nacimiento de Venus ? La famosa obra de Sandro Botticelli se puede visitar en este espacio museístico que lleva abierto al público desde finales del siglo XVIII, exponiendo las diferentes piezas de arte que lo largo de la historia fueron aglutinando Los Médici.

Esta poderosa familia y dinastía, que dirigió el destino de esta próspera ciudad italiana durante siglos, ha llegado a convertirse en una de más famosas de la historia universal, protagonizando películas o series de televisión. Además de gobernantes o banqueros, fueron auténticos mecenas que siempre se preocuparon por las artes, y su herencia se puede observar hoy en día en esta galería de arte, una de las más visitadas de toda Italia. Se localiza en el Palazzo Uffizi, un edificio renacentista cuya arquitectura y decoración interior ya es, de por sí, una auténtica obra de arte. Quien pasa por Florencia tiene que pasar por la Galería Uffizi, y quien se quede con ganas de más arte, que continúe la visita por la Galería de la Academia, cuyo interior custodia la estatua del David de Miguel Ángel.

Ponte Vecchio, un pilar básico en la visita

Uno de los principales símbolos de Florencia es el Puente Viejo, o como se conoce en italiano el Ponte Vecchio. Construido en piedra en el siglo XIII, se trata de uno de los viaductos más antiguos del continente europeo, siendo sus casas colgadas la seña de identidad y fuente de vida que ha tenido desde sus inicios. Todavía hoy son numerosos los puestos de orfebrería que los turistas encuentran a su paso, que recorren cada uno de sus rincones para no perderse ni un solo detalle de este puente que es un verdadero mercadillo al aire libre. Con la visita al Ponte Vecchio te trasladarás al pasado histórico de Florencia, ya que el paso del tiempo no ha conseguido borrar su esencia.

Florencia en tres palacios: Medici Ricarddi, Pitti y Vecchio

Uno de los palacios imprescindibles de Florencia es el Palazzo Medici Ricarddi, ya que sentó las bases de las construcciones palatinas del Renacimiento en la región de la Toscana. Fue ordenado construir en 1444 por Cosme de Médici, que ha pasado a la historia como El Viejo y es uno de los personajes troncales de esta poderosa dinastía. Medici Ricarddi es un palacio cuya organización gira en torno a un espectacular y romántico patio central, siendo su fachada otro de los elementos más destacados. Con la compra de la entrada también se pueden visitar la capilla y una zona museística que suele contar con exposiciones temporales muy interesantes.

Siguiendo los pasos del palacio anterior, en Florencia también se encuentra el Palazzo Pitti, que comenzó a construirse en 1458 y se sitúa muy cerca del Ponte Vecchio. Aunque su construcción no fue ordenada por Los Médici, lo cierto es que la propiedad de este edificio renacentista recayó en ellos cuando lo compró Leonor de Toledo, aristócrata española de la Casa de Alba que se había casado con Cosme I de Médici, el primer Gran Duque de Toscana. Hoy en día es un gran museo que ningún amante del arte debería perderse tampoco.

Radicalmente opuesto a los dos anteriores por ser de estilo gótico y tener forma de castillo más que de palacio, encontramos en la Piazza della Signoria, centro del poder político de la ciudad de Florencia, el Palazzo Vecchio. Comenzó a construirse en 1299 y su alta torre, que se asoma tímida entre el resto de los tejados sin llegar a hacerle sombra a la de la catedral, es uno de los estandartes florentinos. Actualmente, el edificio está dividido en museo y en oficinas del ayuntamiento de la ciudad, aunque su visita interior es muy interesante, destacando la Sala del Cinquecento.

Santa Croce, una iglesia imprescindible en Florencia

Otro de los puntos que tienes que marcar en tu mapa turístico por Florencia es la Basílica de Santa Croce. Aunque es una iglesia, no deja de ser también uno de los principales panteones de toda Italia, puesto que en ella se encuentran las tumbas de una larga lista de personajes ilustres, como Dante Alighieri, Miguel Ángel, Nicolás Maquiavelo o Galileo Galilei. Se trata de un templo de estilo gótico construido con ladrillo, que contrasta a la perfección con el mármol blanco y verde de su fachada, construida en estilo neogótico en el siglo XIX después de cuatro siglos sin ser terminada. Santa Croce es la segunda iglesia de mayor tamaño en Florencia después de la catedral, incluyendo la visita, además de la propia nave del templo, dos claustros y un pequeño museo.

Piazzale Michelangelo, el final del viaje

Una vez que has recorrido las calles y contemplado los edificios desde abajo, la última parada en la ciudad es en la Piazzale Michelangelo, el lugar en el que encontrarás la mejor panorámica de Florencia para poder vislumbrar su maravilloso skyline. Desde allí se observa la Catedral de Santa María del Fiore, que sobresale entre el resto de casas y palacios históricos florentinos, mientras que al fondo el Ponte Vecchio te espera mientras agudizas la vista. La torre del Palazzo Vecchio también saldrá en la foto que te hagas delante de esta espectacular vista, siendo el atardecer desde allí una de las postales más mágicas que te llevarás de recuerdo a tu vuelta.

Completa tu visita: los alrededores de Florencia

Aunque Florencia es una ciudad que podrías visitar durante semanas, meses o incluso años y siempre encontrarías algo nuevo en ella, sus alrededores esconden también auténticos tesoros que merece la pena descubrir. Uno de ellos es Pisa, el complemento perfecto, ya que ambos lugares se encuentran conectadas por cómodas líneas de tren gracias a las cuales podrás descubrir la ciudad de la torre torcida dedicando una excursión de un día, además que tampoco es necesario mucho más tiempo para visitar Pisa. Por su parte, Siena es otra de las opciones que tampoco deberías dejar de contemplar, siendo una urbe con arquitectura muy parecida a Florencia pero que sorprende igualmente a todo turista que la visita.

Si además quieres sentir también la magia de la Toscana, puedes acercarte hasta algunos de los pueblos que rodean Florencia, donde los viñedos son la seña de identidad. Uno de los más bonitas de la región y que aparece en una gran cantidad de postales es Montefioralle, una aldea medieval de calles empedradas que es la escapada perfecta para aprovechar algún día que te sobre en tu viaje a Florencia.

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