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El Camino de Santiago durante la crisis sanitaria

El Camino de Santiago durante la crisis sanitaria

Entre el confinamiento total y la libertad total, existe una vía de transición: el Camino de Santiago. La senda jacobea se ve duramente afectada por el devenir de los acontecimientos con el coronavirus, al presentarse como un recurso turístico de primera, destino espiritual de exposición mundial y recorrido al aire libre. Así que el patógeno ha levantado por primera vez la barrera a los peregrinos de todo el mundo.

Desde los caminantes del medievo, guerras, crisis y pandemias han atravesado el Camino. Esta emergencia sanitaria no augura buenos tiempos, aunque algunos, como Miguel Ángel Cuevas, dueño de la empresa Pilgrino, acentúa su creatividad en esta travesía. Pilgrino recomienda, asesora y guía en la senda, de inicio a fin. No solo para que los particulares paladeen el viaje interior, sino para que start ups y negocios se desarrollen en algún punto del recorrido. Incluso acompañan a quien pide realizar un «camino de lujo» y confeccionan talleres. «Lo explicamos todo: dónde están las bifurcaciones, un tramo delicado, las vías dentro del Camino…», detalla Cuevas.

Como el ritual del humilladero (esos montículos formados por piedras testimoniales depositadas por caminantes anteriores), Cuevas asesora sobre la conveniencia de instalar una «food truck» o una tienda de ultramarinos que devuelva la vida a un pueblo de La Rioja o de Palencia. «Todo el mundo piensa en un albergue, yo soy hospitalero de uno en la playa de Langre, pero en el recorrido hay muchos negocios que pueden ser más rentables y resortes de vida y economía en el lugar donde se ubiquen», dice el emprendedor bilbaíno aficado en Cantabria.

Media vida de Cuevas ha girado en torno a este trayecto de crecimiento personal en que se transforma la senda. Por eso se define como «formador en el Camino». «Cada pisada tiene sentido, por aquí han pasado miles de personas y esa energía milenaria nos tiene que dar impulso. Con el Covid-19 hemos retrocedido de repente al medievo, a una vida sencilla, nos retrotrae a valorar lo importante y a hallar el valor de la meditación en movimiento», diserta. Para Cuevas, creador hace dos años de esta web de servicios amplios, este paréntesis brinda lucidez para analizar nuestras vidas y cambiar el rumbo si es preciso: «Es una buena oportunidad para volver a la vida intermediaria. Antes del encierro, nos apretaban las prisas, había muchas cosas que no encajaban. El Camino va a reciclarse ahora como vía de transición entre la vida ultrasencilla y la recuperación de la normalidad».

«Costará hacerles venir»

Los recursos económicos que jalonan cada etapa del peregrinaje a Compostela se ven mermados con la austeridad en la movilidad, el cierre de fronteras y el aforo reducido en albergues y lugares de pernoctación. «Nos adaptaremos –asegura el gestor de Pilgrino–. La disyuntiva que afrontamos los negocios es que no hay peregrinos y es grave la situación. Nos va a costar hacerles venir. Pero puede ocurrir que se desplace el grueso de caminantes de junio a septiembre a finales de año, de octubre a diciembre, con un aluvión de gente que busque su experiencia global». «Así, la empatía y el civismo que hemos aplicado como sociedad en esta crisis tendría continuidad». Pasada la tormenta.

 

Fuente: ABC

 

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